6 sept 2012

Arroyo Villaverde, Trinidad


1.      TRINIDAD ARROYO VILLAVERDE

 

   Trinidad Arroyo nació en Palencia el 26 de mayo de 1872 en el seno de una familia de la pequeña burguesía industrial de la ciudad. Muy disciplinada y capaz para los estudios, cursó el bachillerato en el Instituto Jorge Manrique  con calificaciones de notable y sobresaliente y dos menciones especiales en lengua francesa y castellana que hacían constar su especial capacidad para los idiomas.

   En 1888, Trinidad decidió estudiar Medicina en Valladolid. El Rector de la Universidad, Manuel López Gómez, denegó su matrícula alegando un Real Decreto de 1882 que impedía a las mujeres estudiar en la universidad. Apoyada por su padre, Laureano Arroyo, Trinidad recurrió la decisión del máximo responsable universitario alegando otro decreto de 1888 y su currículum. Ante la presión ejercida por padre e hija, Manuel López terminó por admitir a Trinidad en la Facultad de Medicina en diciembre de 1888 con la condición de que no se examinase hasta septiembre. En 1895, alcanza la Licenciatura en Medicina y Cirugía con calificaciones similares a las obtenidas en el bachiller, ello pese al machismo reinante en el Facultad. En 1896 se trasladó a Madrid para realizar la Tesis Doctoral, que leyó al año siguiente con el siguiente título: Los músculos internos del ojo en su estado normal y patológico. Calificada con un Sobresaliente, la tesis de Trinidad Arroyo tuvo un gran impacto en los medios científicos madrileños que la valoraron como muy innovadora y audaz.

   En 1898, Trinidad Arroyo regresa a Palencia y monta consulta junto a su hermano Benito en la parte baja de la casa paterna, dedicándose a recorrer los pueblos palentinos para realizar in situ intervenciones oftalmológicas. La muerte de su hermano en 1903 fue un duro golpe que Trinidad superó trabajando más. Habían estudiado juntos y compartían amistades, entre otras con Manuel Márquez Rodríguez, con quién Trinidad se casaría en Palencia el 6 de febrero de 1902. Aquel no fue un matrimonio cualquiera, porque independientemente de las razones afectivas que lo impulsaran, supuso el inicio de una colaboración científica sin precedentes en el campo de la oftalmología española.

   Durante unos pocos años, Trinidad siguió a su marido a las distintas ciudades dónde fue obteniendo cátedras hasta que en 1908 se instalan en Madrid. Fue entonces cuando, influido por su esposa, Manuel Márquez decidió dedicarse también a la oftalmología. Trinidad trabaja junto a Manuel en la consulta particular que tienen en casa, en el Instituto Rubio y en el Consultorio de Niños de Pecho, pero sobre todo prosigue su formación acudiendo a multitud de congresos nacionales e internacionales. En 1912, el matrimonio se decide a operar a Don Benito Pérez Galdós consiguiendo mejorar su estado de casi ceguera.

   Convertida en un referente social, Trinidad Arroyo es elegida en 1916 Vicepresidenta del Comité Femenino de Higiene Popular de Madrid, puesto en el que demostraría sus enormes dotes organizativas y desde el que comenzaría a mostrar especial interés por la situación de las clases trabajadoras que le llevaría a denunciar la hipocresía de la caridad y la necesidad de la justicia social. Pese a su constancia, Trinidad, que trabajó codo con codo con Manuel Márquez, no pudo pasar en aquellos años de ser considerada únicamente como colaboradora del eminente oftalmólogo y cirujano, lo que no le impidió seguir escribiendo en las revistas más prestigiosas ni para reclamar en todos los foros la igualdad entre hombres y mujeres. Además de su don de palabra, su capacidad de estudio y de trabajo, Trinidad pudo romper los tabús del tiempo gracias al exhaustivo dominio que tenía de idiomas como el inglés, el francés o el alemán.

   Trinidad y su esposo acogieron la proclamación de la República con júbilo, integrándose en la Junta de Ampliación de Estudios y en diversos cargos científicos. En abril de 1933, ambos organizaron en Madrid el XIV Congreso de la Sociedad Oftalmológica Internacional, presentado Trinidad dos ponencias sobre la adrenalina y el desprendimiento de retina. Al estallar la guerra, Manuel Márquez era Decano de Medicina, el matrimonio decide aprovechar su fama para denunciar internacionalmente las agresiones fascistas que sufría el pueblo español en general y el madrileño en particular. Trabaja en los saturados hospitales madrileños y colabora con diversas organizaciones científicas soviéticas, viajando en 1937 a Moscú para participar en las celebraciones del 1º de mayo. A su regreso, tanto Trinidad como su marido manifestarán su satisfacción por los intercambios habidos con los científicos soviéticos.

   Llamado el matrimonio por las autoridades republicanas, en noviembre de 1938 marchan para Valencia, dónde participan en multitud de actos culturales y propagandísticos, trasladándose poco después a Barcelona, de dónde partirán al exilio francés. El 16 de mayo de 1939 llegan a Veracruz en el vapor Flandres. Acogido por la Casa de España que dirigía Alfonso Reyes, el matrimonio prosigue sus trabajos científicos, imparte conferencias y da clases magistrales en diversas universidades mexicanas. Constreñida por su condición de mujer y por sus relaciones con las organizaciones culturales soviéticas, Trinidad tuvo que conformarse con seguir la estela de su marido, aunque éste reconocería en muchísimas ocasiones que su trabajo era tan suyo como de su esposa.

   En 1947, con setenta y cinco años de edad, Trinidad Arroyo, junto a Margarita Nelken, Matilde Cantós y Aurora Arnáiz, regresa a la actividad política dentro del Comité Nacional de Mujeres Antifascistas de España, colaborando en la revista Mujeres Españolas. Aunque continuó trabajando con su marido en la investigación oftalmológica, Trinidad dedicó mucho esfuerzo a ayudar a los refugiados españoles en Francia, enviando a través de la Embajada mexicana en París dinero y alimentos.

   En 1955, con ochenta y tres años, Trinidad, que no tenía hijos y presentía el final de sus días, viajó a España con la intención de legar toda su fortuna al Instituto Jorge Manrique de Palencia para que se diesen becas a los niños sin posibilidades y se les sufragase, en caso de mostrar aptitudes, una carrera en la Universidad de Valladolid. La fundación continúa en nuestros días su labor altruista.

   Entre sus múltiples publicaciones, sobresalen: Músculos intrínsecos del ojo en estado normal. Madrid. Hospicio, 1896; Sobre la adrenalina en Oftalmología, Madrid, 1903, y la mayoría de los libros publicados por su marido después del  matrimonio. 

   Trinidad Arroyo murió el 28 de septiembre de 1959 en México D. F., siendo enterrada en el Panteón Español.

 
Fuentes:

-LÓPEZ DE LETONA, C.: Trinidad Arroyo Villaverde y la oftalmología española. Madrid, 1999.

-MARQUEZ ARROYO, C.: Trinidad Arroyo de Márquez (1872-1959): Primera oftalmóloga española, políglota, redactora médica y una mujer de armas tomar”, en Panace@. Vol. XI, nº 31. Primer semestre, 2010.

-GARCÍA DEL CARRIZO, M.: Aproximación a una palentina ilustre. Palencia. Diputación de Palencia, 1999.

 

PA

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