6 sept 2012

Alcón Selma, Marcos




MARCOS ALCÓN SELMA

 

Nació en Barcelona el 10 de abril de 1902. Con sólo quince años se afilió al Sindicato del Vidrio de la CNT, donde conoció a Juan Peiró, dirigente de los vidrieros catalanes y uno de los más cualificados militantes del anarcosindicalismo hispano. Su cercanía personal a Peiró, al que salvó la vida con ocasión de un atentado, marcó su trayectoria vital en los difíciles años del pistolerismo por encargo del Fomento del Trabajo Nacional. Participó en los grupos de defensa confederal, lo que le valió ser herido, detenido y, a pesar de su juventud, enviado a prisión en penales tan rigurosos como El Puerto de Santa María.

En 1924 le encontramos excarcelado en Sevilla y, poco después, regresa a Barcelona para colaborar en la difícil supervivencia de la CNT. A partir de abril de 1931 multiplicó sus responsabilidades en los órganos confederales y fue delegado en diferentes congresos y plenos cenetistas. Presidió la Federación de Obreros Vidrieros y dirigió su portavoz, El Vidrio y formó parte de los Comités Nacionales que tuvieron como secretario general a Ángel Pestaña en 1931 y a Manuel Rivas en 1932. También por entonces se adhirió a la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

La difusión del Manifiesto de los Treinta supuso un duro golpe personal para Marcos Alcón, que llegó a visitar a Juan Peiró para pedirle explicaciones por la publicación de este texto, que provocó una quiebra de la unidad interna de una CNT recién legalizada y que salía de un largo periodo de persecución y clandestinidad. A pesar de sus amistosas relaciones personales con algunos trentistas, él permaneció en el seno de la organización anarcosindicalista y fue uno de los delegados cenetistas que acudieron a Valencia para intentar restablecer la unidad con los Sindicatos de Oposición.

Después de que la sublevación militar fuese derrotada en Cataluña, la CNT colectivizó toda la actividad artística catalana: desde la gestión de las salas de exhibición hasta las escuelas de formación de actores. En julio de 1936, Marcos Alcón estaba trabajando en unos estudios cinematográficos de Barcelona, parece ser que por mediación de su hermano Aurelio, así que el 26 de julio de 1936 se puso al frente del Sindicato Único de Espectáculos y, un año después, de la Federación Nacional de Industria de Espectáculos Públicos de la CNT. También se sentó en el Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña como delegado de la Confederación anarcosindicalista, un puesto que previamente había ocupado Buenaventura Durruti, Juan García Oliver o Diego Abad de Santillán.

Al finalizar la Guerra Civil cruzó la frontera hacia Francia, y estuvo encerrado en la prisión de Orleans y en el campo de concentración de Vernet, en el Alto Garona. Aprovechando el colapso provocado por la rendición de Francia ante las tropas alemanas, en julio de 1940 la familia Alcón embarcó en Burdeos y desembarcó en el puerto mexicano de Coatzacoalcos.

En su exilio mexicano, siguió fiel al obrerismo anarquista y, al contrario que otros cenetistas que se convirtieron en empresarios, Marcos Alcón continuó trabajando como obrero vidriero, por lo que en 1941 fue elegido secretario de organización en la Ejecutiva Nacional de la Confederación General de Trabajadores de México.

Pero, como exiliado, su principal preocupación fue la reconstrucción del Movimiento Libertario, dentro y fuera de España, y la caída del régimen franquista. A partir de 1940 asumió en diferentes ocasiones puestos de responsabilidad en la delegación de la CNT en México; siempre se opuso a la corriente colaboracionista desde el grupo Tierra y Libertad, que desde 1944 editó en México la histórica cabecera del anarquismo hispano, enfrentándose en 1942 a Segundo Blanco, ministro con Juan Negrín, y en 1945 a José Expósito Leiva y Horacio Martínez Prieto, ministros en el gabinete de José Giral.

Pero también se implicó en el devenir del anarquismo mexicano, colaborando frecuentemente en las páginas de Regeneración, el periódico libertario fundado en 1900 por Ricardo Flores Magón y que desde 1941 volvió a salir convirtiéndose en el más influyente del anarquismo mexicano, y adhiriéndose a la Federación Anarquista Mexicana, a cuyos congresos acudió en representación del grupo de afinidad Tierra y Libertad. A su muerte, el 6 de julio de 1997 en Cuernavaca, legó su archivo personal a la Biblioteca Social Reconstruir, otra iniciativa del anarquismo mexicano que había inspirado el también exiliado Ricardo Mestre.

 

Fuentes:

HERRERÍN LÓPEZ, Ángel. La CNT durante el franquismo. Madrid, Siglo XXI de España. 2004.

ÍÑIGUEZ, Miguel. Enciclopedia histórica del anarquismo español. Vitoria. Asociación Isaac Puente, 2008.

PEIRÓ OLIVES, José. Juan Peiró. Teórico y militante del anarcosindicalismo español. Barcelona. FOIL. 1978.

JPC
  

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