Nacido en 1899 en la
ciudad asturiana de Gijón en una familia obrera, así que desde muy joven tuvo
que trabajar en el ramo de la construcción, actividad laboral que compaginó con
sus estudios de Magisterio, profesión que nunca ejerció. Muy pronto se vinculó
a la CNT, y se convirtió en uno de sus más destacados militantes en Gijón,
ciudad que era un baluarte del anarcosindicalismo, mayoritario en la costa
asturiana, frente al socialismo, que dominaba en las cuencas mineras del
interior.
Durante la Dictadura del
general Miguel Primo de Rivera fue secretario general de la Regional de
Asturias, León y Palencia de la Confederación y dirigió su portavoz, Solidaridad. El prestigio del
anarcosindicalismo asturiano y de su militante más conocido, Eleuterio
Quintanilla, favorecieron que el Comité Nacional clandestino de la CNT se
instalase temporalmente en Asturias, con Avelino González Mallada como primer
secretario general que, en junio de 1926, fue relevado por Segundo Blanco, que
fue detenido y torturado en diciembre de ese mismo año por el comandante
Lisardo Doval, que tan triste fama adquirió en la represión de la Comuna
asturiana de Octubre de 1934.
Tras su detención, el
Comité Nacional cenetista volvió a Cataluña, con Juan Peiró como secretario
general, donde permaneció la dirección de la Confederación hasta la proclamación
de la Segunda República, que permitió a la CNT celebrar en Madrid su Congreso
confederal en junio de 1931, al que Segundo Blanco asistió en la delegación
asturiana y en el que presidió alguna de sus sesiones. En 1934 participó en la
revolución de Octubre, un episodio que le valió una nueva estancia en prisión,
a la que ya había vuelto en el año 1931.
Al comenzar la Guerra
Civil estuvo al frente del Comité de Guerra de Gijón que ganó la ciudad para
las fuerzas leales. Cuando el 23 de diciembre de 1936 se formó el Consejo de
Asturias y León, órgano de gobierno revolucionario que unificaba el poder local
en el territorio republicano de ambas provincias, fue nombrado Consejero de
Industria y permaneció en ese cargo hasta la caída de Gijón, el 20 de octubre
de 1937. Consiguió escapar a Francia y, desde allí, se reincorporó a la lucha
en Valencia, donde fue designado responsable de Defensa del Comité Nacional
cenetista.
En abril de 1938 el
socialista Juan Negrín, presidente del Consejo de Ministros, formó un nuevo
gobierno en el que ofreció a la CNT una cartera, la de Instrucción Pública y
Sanidad, que aceptó a pesar de las humillantes condiciones que se impusieron.
La Confederación no pudo elegir directamente a su representante en el gabinete,
sino que se vio forzada a elaborar una terna de candidatos entre la que el
primer ministro eligió a Segundo Blanco, un militante con un perfil más bajo
que Horacio Martínez Prieto o Juan García Oliver, pero que tampoco era un
desconocido, como afirmaron algunos dirigentes libertarios; en todo caso,
parece evidente que no era el hombre que la CNT necesitaba.
Su labor política fue muy
contestada por el movimiento libertario, no tanto por sus realizaciones
concretas, que no fueron escasas si tenemos en cuenta el balance entre unas
necesidades que no dejaban de crecer y unos medios que no cesaban de disminuir,
sino porque ni llevó la voz de la CNT al gobierno ni informó a la CNT de las
decisiones que en esas horas difíciles se tomaban en el consejo de ministros.
Juan López dio cuenta del desamparo de Segundo Blanco en Toulouse, después de
la pérdida de Cataluña, cuando llevaba días sin saber qué hacer y sin haber
podido establecer contacto con el Comité Nacional cenetista.
Acabada la Guerra Civil,
Segundo Blanco cruzó los Pirineos y se instaló en la ciudad de Orleans, hasta
que la invasión de Francia por los ejércitos de la Alemania nazi le llevó a
trasladarse a México. En el exilio se alineó con la fracción política del
movimiento libertario, que se estructuró junto a Juan García Oliver y su
Ponencia, y hasta 1945 mantuvo su cargo en el gobierno de Juan Negrín en el
exilio, a pesar de que en 1942 fue mayoritariamente desautorizado en una asamblea
de militantes cenetistas en México, por lo que fue expulsado del Movimiento
Libertario.
Falleció en el exilio en
1957.
Fuentes:
CALERO DELSO, Juan Pablo. El gobierno de la anarquía. Madrid,
Síntesis, 2011.
GABRIEL, Pere. Historia de la UGT: un sindicalismo de
guerra (1936-1939). Madrid, Siglo XXI de España. 2011.
JPC
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