Manuel Lucio Díaz-Marta Pinilla
Nació en Toledo
el 22 de abril de 1909. Casado, tuvo cinco hijos. Estudió el bachillerato en
Toledo, continuando su formación como ingeniero de caminos en Madrid. Realizó,
además, estancias de estudio en Suiza y Alemania. Con el advenimiento de la
República se afilió al PSOE en la Agrupación Socialista de Mérida. A los 23
años participó en el Plan Badajoz, bajo cuyo patrocinio construyó la presa de
Montijo como colaborador de Manuel Lorenzo Prado en el Plan Nacional de Obras
Hidráulicas de 1933, siendo Indalecio Prieto ministro de Obras Públicas. Fue
también ingeniero de la Confederación del Ebro durante la guerra civil, en la
que resultó herido. En el verano de 1936, y a las órdenes del General
Masquelet, diseñó, junto al también ingeniero Rafael Ramírez Cárdenas, un
dispositivo de fortificación militar en la línea de defensa de Escalona a
Maqueda.
En 1939
consiguió exiliarse en México. Como actividad profesional en el exilio, destaca
su participación en el abastecimiento de aguas de Acapulco, así como en la
construcción del viaducto y unos nuevos muelles de Veracruz. Fue docente y
consiguió un destino como consultor hidráulico en las Naciones Unidas y la
Organización de Estados Americanos entre 1962 y 1977. En este periodo viajó con
frecuencia por todos los países americanos, promoviendo proyectos de desarrollo
regional relacionados con los recursos hidráulicos y los transportes. Fue
miembro de la Agrupación Europeísta de México y de la Asociación de Amigos de Las Españas, publicando en 1952 en los
suplementos de esta revista el folleto La
laboriosidad de los españoles en la lucha por su elevación.
Publicó en
México en 1969, con el fin de aclarar los orígenes del Plan Badajoz, los libros
Las obras hidráulicas en España y su
relación con las americanas y Las
obras hidráulicas eb España (México, Editores Mexicanos Reunidos, reeditado
en Madrid en 1997), así como Cuatro obras
hidráulicas antiguas entre Ocaña y la vega de Aranjuez. Al regresar a
España en 1977 ejerció todavía como Jefe de Sección de la Confederación
Hidrográfica del Guadiana hasta su jubilación en 1979. Colaboró habitualmente
en la revista Toletum con artículos
sobre presas antiguas y otras obras hidráulicas.
Fue diputado por Toledo en 1977 y senador en las dos
siguientes legislaturas, así como candidato a alcalde de Toledo en las primeras
elecciones municipales. En este período se posicionó contra los trasvases, en
especial, de las cabeceras del Tajo a la cuenca del Segura, desde posiciones
tanto técnicas como ecologistas, considerando que existía una cultura
“perversa” sobre el agua: “Los opositores al trasvase manteníamos que el agua
que fluye por un río no puede considerarse sobrante o excedentaria, pues cumple
un papel importante en el equilibrio de la naturaleza e influye decisivamente
en la economía y calidad de vida de los habitantes de su cuenca”. Perteneció a
las comisiones de obras públicas y urbanismo, investigación científica,
trabajadores emigrados, y paro agrícola. En la segunda legislatura, entre 1982
y 1986, fue miembro suplente de la Diputación Permanente de las Cortes,
vicepresidente de la comisión de asuntos iberoamericanos y presidente de la
comisión especial para las inundaciones del norte y del levante de España.
Impartió conferencias en el Ateneo Español de México, “Las
obras públicas coloniales en el Nuevo Mundo” (1985), y publicó, junto a Javier
Malagón el libro El reino de Toledo en el
poblamiento y ordenación del Nuevo Mundo (Toledo, IPIET, 1996). Colaboró
también en la obra colectiva Obras
hidráulicas Prehispánicas y coloniales en el Nuevo Mundo (Madrid, Instituto
de la Ingeniería, 1992). Publicó el folleto Los
ingenieros españoles en América (Madrid 1992) en la Fundación Españoles en
el Mundo.
Murió en una residencia en Madrid el 6 de diciembre de
1998, poco antes de cumplir los noventa años.
Fuentes:
Juan Antonio
Díaz, “Aproximación al exilio republicano: Castellanos sin Mancha”, Añil, 19, 1999.
AM
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