LUIS FERNÁNDEZ CLÉRIGO
Ocupó posiciones relevantes como la subsecretaría del
Consejo de Ministros, siendo elegido Vicepresidente de las Cortes tras la
victoria de las listas del Frente popular en 1936. En la reunión de la
Diputación Permanente de París (31-3 y1-4-1939) se encontró ante una posición
incómoda. La confusión de la derrota, la dimisión de Azaña, le dejaba como
segundo en la línea de ‘sucesión’ a la jefatura del Estado tras Martínez
Barrio, un cargo que no ambicionaba. El vacío institucional, la interinidad
dejaban espacio al conflicto. De un lado por el convulso final, la idea de
resistencia y la herida ‘casadista’. De otro, por la crisis de liderazgo. En
una misiva a Azaña (3-VII-1939) se dolía
de la pasividad de IR, de las ‘procacidades’ de Negrín, molesto con el
‘control’ parlamentario y de las ‘coces’ de Pasionaria. En junio de 1939, como
cabeza de la Diputación Permanente en funciones inició gestiones para la
evacuación de diputados de Francia, delegando en Prieto, con las conocidas
repercusiones. En el fondo, pidiendo el traslado a América de los residuos
institucionales y el control mediante JARE de la ayuda, en clara competencia
con Negrín, su voluntad de permanencia
política y el modelo de subsidios fijos del SERE. En 1940 formó parte del
cortejo fúnebre del ex mandatario alcalaíno en Mountaban. En México, en el
Salón de Cabildos de la plaza del Zócalo (17-VIII-1945), durante la jura de
Martínez Barrio como Presidente de la República en el exilio ejerció como
presidente en funciones de las Cortes (asistieron 96 diputados y se recibieron
34 adhesiones). En ese momento crucial se alineaba con la sensibilidad
negrinista, aunque aceptó la validez del proceso de elección del gobierno
Giral. A pesar de estas controversias, fue descrito por José Ignacio Mantecón
por su afabilidad. Su hijo Pepe Alameda fue crítico taurino en el país azteca.
Ambos compartían afición como demuestra la anecdótica colaboración del diestro
Chicuelo con AR de Sevilla. Aunque parezca anecdótico, la tauromaquia fue un
importante espacio de sociabilidad y de conexión con la sociedad de acogida. En
México se sumó a la Unión Democrática Española de filiación negrinista en la
que figuraban personalidades como Antonio Velao (IR) o Ramón Lamoneda (Círculo
Jaime Vera, PSOE). Para Prieto suponía una mera correa de transmisión del
unitarismo del PCE. Esa animadversión se reflejó a menudo, por ejemplo en el acto de apoyo al presidente
Ávila que reunía a refugiados y colonia española (XII-1941), tras el que
Clérigo y sus afines publicaron un duro manifiesto que intentaba deslegitimar a
JARE. La división provocada en IR en México (Ateneo Salmerón), no se concilió
hasta el 2 mayo de 1948, sin que ya tuviese ocasión de vivirla.
Fuentes:
“Carta de Diego Martínez Barrio a Luis Fernández
Clérigo”, México (22-I-1941). Archivo Carlos Esplá. 9.14.
GASPAR SOLER, Vicente; FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis y
VELAO OÑATE, Antonio: Una Asamblea
Republicana: sus consecuencias políticas, Problemas del Presente, México
1941, Archivo Fundación Pablo Iglesias, Monografías.
VÁZQUEZ HUMASQUE, Adolfo: “Luis Fernández Clérigo”, Izquierda
Republicana, 39 (10-VI-1948), p.6.
PC
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