MÁXIMO MUÑOZ
Máximo Muñoz vio la luz en el pequeño pueblo
de Conquista, perteneciente a la comarca cordobesa de Pozoblanco, el 18 de
noviembre de 1908. Estudiante vocacional, Máximo se trasladó a Sevilla para
cursar las carreras de Medicina y Perito Industrial, aunque al final terminó
las de Aparejador y Perito Mecánico.
En la Universidad sevillana contrajo amistad
con profesores y estudiantes de izquierda, lo que le llevó a afiliarse al
Partido Socialista al final de la dictadura de Primo de Rivera atraído por la
personalidad de Indalecio Prieto. De vuelta a Córdoba, Muñoz ocupó varios
cargos en la agrupación local del partido, polemizando agriamente con el sector
caballerista del mismo que quería a toda costa romper la alianza con los
republicanos o imponer un programa más obrerista. Al conocerse la sedición
militar en la Península y el avance del ejército reaccionario, Máximo Muñoz,
que estaba enterado de la terrible represión que habían sufrido los pueblos
conquistados, huyó de Córdoba integrándose en el IX Cuerpo del Ejército republicano
que intervino en los frentes de Extremadura, Granada y Jaén, llegando a ocupar
el cargo de Comisario político. Por órdenes del Gobierno republicano, se
encargó de parlamentar con los sediciosos que estaban atrincherados en el
Santuario de la Virgen de la Cabeza, sin obtener resultados pese a la generosa
oferta que les hizo que incluía el compromiso de que no habría represalias de
ningún tipo.
Ascendido a comandante, participó en la
defensa de Cataluña en el X Cuerpo del Ejército republicano. Al desmoronarse el
frente catalán, Muñoz pasó a Francia dónde luchó contra los nazis hasta que en
1941 pudo embarcar para Cuba, recalando finalmente en México. Máximo Muñoz fue
siempre un fiel seguidor de Prieto, por ello en la capital mexicana fue uno de
sus hombres de confianza en la Delegación de la JARE, manteniéndose durante
muchos años al lado del líder socialista.
En 1942 fundó junto a otros exiliados, la
Casa de Andalucía en México. Posteriormente, en 1949 fue uno de los promotores
del Ateneo Español de México. En 1950, a raíz del
fracaso de las negociaciones entre Prieto y los monárquicos y de la negativa
del dirigente socialista a entregar al Gobierno Republicano en el exilio los
justificantes de la JARE en su poder, Muñoz se distanció de Prieto siendo
expulsado del partido en 1954 junto a un nutrido grupo de militantes críticos.
Durante la década de los cincuenta escribió en los diarios mexicanos Excelsior y El Universal, denunciando reiteradamente la gestión que Prieto hizo
de los fondos de la JARE al favorecer a sus incondicionales y dejar abandonados
a otros muchos republicanos. Fue precisamente en esos años cuando escribió una
especie de memorias compuestas por tres libros hoy agotados: Dos conductas: Indalecio Prieto y yo (México,
1952); Tragedias y derroteros de España (México,
1952), y Tres conductas: Indalecio
Prieto, Trifón Gómez y yo (México, 1954).
Aficionado a los toros desde joven, Máximo
Muñoz recibió en su casa a cuantos toreros españoles llegaron a México, dando
pruebas de un gusto taurino cuanto menos
ecléctico dada su querencia por Manolete y, sobre todo, por El Cordobés.
Murió en México el 9 de diciembre de 1974,
siendo enterrado en el Panteón Español de México, lugar negado en un primer
momento a los exiliados republicanos.
Fuentes:
-Archivo Carlos Esplá. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
-Centro Documental de la Memoria Histórica. Salamanca.
-MUÑOZ, J. A.:"Moneda de tres caras".
Córdoba, 2010.
-MUÑOZ, MÁXIMO: Dos conductas:
Indalecio Prieto y yo. México, 1952.
PA
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